Qatar es el primer país de Medio Oriente en albergar la Copa Mundial de fútbol, pero se ha enfrentado a una ola de críticas desde que se le otorgó el torneo en 2010.
En particular, su trato a los trabajadores migrantes y sus antecedentes en materia de derechos humanos han sido objeto de atención, lo que llevó a algunas marcas, ciudades y fanáticos a boicotear el torneo por completo.


El país enfrentó críticas generalizadas de grupos de derechos humanos por su uso anterior del sistema kafala, según el cual los trabajadores están atados a un empleador cuyo consentimiento necesitan para cambiar de trabajo en forma de un Certificado de No Objeción, una ley que los activistas de derechos han argumentado que vincularon su presencia en Qatar a sus empleadores y condujeron al abuso y la explotación.