El coronavirus no detiene a Armando Pérez, quien tiene más temor a la delincuencia que al contagio del virus y por eso no deja de vender en las calles de Tepatlaxco, Acajete y Amozoc.
Junto a sus dos hijos, Armando vende nopales porque su trabajo de albañil se terminó a causa de la pandemia. Para él lo más prudente es tomar medidas sanitarias pero no paralizar el país.
“¿Quién nos va a mantener?, yo escucho que van a cerrar todo y me pregunto quien va a mantener nuestra familia, quien nos va a apoyar para alimentarnos, porque si no salimos a trabajar obviamente no hay para la comida, vivimos al día”, dice.
El vendedor confía en que el gobierno federal pueda enfrentar la pandemia, pues cree que es difícil y podría haber rapiña, saqueos y delincuencia.
Pide que lo dejen trabajar con medidas sanitarias de control, ya que si no lo hace su familia no comerá.
“Yo vengo de una comunidad que es Tepetzala, tengo que venir para acá (Tepatlaxco) o Amozoc para poder llevar algo, no es mucho lo que ganamos aquí, es poco, yo soy albañil pero nos pararon el trabajo y tengo que recurrir a otra cosa para sostener la familia”, afirma.
Armando Pérez asegura que no tiene miedo al coronavirus pues confía en Dios y le da más miedo la delincuencia, ya que sobre carretera se roban los vehículos y su mayor temor es toparse con un delincuente y que lo asalte.
“El delincuente está nomás esperando a qué hora nos dormimos o de plano llegan con un arma y nos amagan y tenemos que ceder ¿no?”, agrega.
Con información de El Sol de Puebla
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